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jueves, 23 de septiembre de 2010

La Asociación de Masones de
“Montecristi” en el Exterior

EL GRUPO "MONTECRISTI"

Por Jesús Marcos García Vázquez






                La masonería cubana alcanzó su mayor esplendor en la década del año 1950. En esos años no existía un municipio de Cuba que no contara con la presencia de masones en las esferas del poder político, militar y de justicia. Esta presencia también se hizo notable en los sectores educativos, sociales y económicos. En las logias masónicas existían hombres pertenecientes a las distintas capas sociales. Nobles y laboriosos campesinos, al igual que simples obreros, convergían con cultos educadores y profesionales de las ciencias y las letras. Asimismo, ricos y prósperos comerciantes y hombres de negocios;  políticos de renombre, militares de baja y alta graduación; artistas y músicos reconocidos se daban cita como hermanos dentro de las filas de la Institución Orgánica de la Moralidad.

                Momentos existieron que en el municipio de Los Palacios pertenecieron a la Logia “Montecristi”, médicos de la localidad, dentistas, un gran número de propietarios de los distintos comercios y en diferentes giros, el alcalde, el juez, concejales del ayuntamiento, el teniente jefe del cuartel del ejército y subalternos, policías y toda una gama de hombres con diferentes funciones y oficios dentro de la comunidad.

                El día 1 del mes de Enero del año 1959 el panorama nacional cubano se estremeció con el triunfo de una revolución armada. En ese mismo día el aparato militar y político-administrativo fue desalojado de sus funciones. Los militares, que no cometieron hechos considerados punibles, fueron licenciados. El Poder Legislativo sustituido por un Consejo de Ministro y en los municipios, los alcaldes reemplazados por hombres pertenecientes a las filas del movimiento revolucionario que logró la victoria. En las huestes revolucionarias se encontraban una considerable cantidad de masones, algunos combatieron en las montañas y otros formaron parte de la lucha clandestina en las ciudades. Ocupando algunos altas funciones dentro del Gobierno Revolucionario. Entre ellos hacemos notar, Manuel Urrutia Lleó, Armando Hart, Osvaldo Dorticós y Oscar Alcalde y a los comandantes Hubert Matos, Manuel (Piti) Fajardo, Bernabé Ordáz y René Vallejo.

                En los venideros meses y próximos años, con la aparición de leyes y reformas que  hacía sentir la revolución en el poder, los distintos sectores sociales y económicos se vieron dañados y algunos desaparecieron de la vida pública.

                El nuevo sistema de gobierno se hacia identificar con la ideología marxista y su basamento estructural se centraba en el ateísmo-materialista y toda concepción o doctrina fundamentada en la espiritualidad a través de la creencia de un Ser Supremo y donde se considere al hombre fruto de una creación divina con derecho a su libre iniciativa y desenvolvimiento individual, era considerada antagónica y pugnaba con la nueva visión del orden socialista a implantarse. En este orden centralizado el hombre es considerado un elemento más dentro de la sociedad y tiene su función en el seno de la colectividad.

                Todas las logias de Cuba sufrieron de inmediato este brusco cambio en el entorno político, económico y social y la influencia de la masonería en la sociedad cubana, al perder su espacio social, bajó a niveles nunca antes experimentados.

                En los primeros años de esta transformación, la misma contó con el apoyo de un gran número de masones que veían en el nuevo orden social el triunfo de los ideales de la masonería y abandonaron las filas de la masonería y manifestaban “que en Cuba ya existía un sistema de gobierno que hacia realidad los sueños de la institución”. Otros, años después, desertaban en salvaguarda  de sus intereses personales ante la férrea intolerancia ideológica desplegada.

                A partir de los primeros años de la década de los años 1960, los cubanos comenzaron un éxodo hacia el exterior, que hasta la actualidad se mantiene. Los emigrantes cubanos en los años 60 y 70 procedían, en su gran mayoría, de las capas sociales que fueron en un tiempo representativas de las clases vivas y de hombres de ideales bien arraigados en conceptos diametralmente opuestos a los que en Cuba estaban obligados acatar. En estas oleadas migratorias, que  pueden ser consideradas como el desangramiento de Cuba, marcharon a la diáspora una inmensa y considerable cantidad de compatriotas talentosos, laboriosos y fecundos que triunfaron en sus nuevos parajes de adopción y ayudaron grandemente a fomentar y hacer crecer el entorno socio económico del país receptor. En estas migraciones marcharon al exterior muy buenos y dignos masones, que fueron figuras en la masonería nacional y en sus logias.

                La Logia “Montecristi” ha pasado por la triste realidad de ver disminuida  sus columnas por la partida de excelentes y laboriosos hermanos, que se vieron impelidos a levantar sus tiendas allende los mares.

                En aquellos difíciles años, de la impía intolerancia, los organismos estatales coordinadores de la masonería (léase controladores) le exigían a las logias que no mantuvieran relaciones de ninguna índole con los masones que se marcharon del territorio nacional. “Montecristi” hizo caso omiso a esta demanda imperativa y muy pronto fijó la línea a seguir, enarbolando y defendiendo el concepto: “que la masonería la gobiernan los masones”, manteniendo comunicación con los hermanos en el exilio y atendiéndoles sus familiares enfermos y fallecidos. Lamentablemente no sucedió así en otras logias.

                El año1979 nos trajo la nueva de la fundación de la Comunidad Cubana en el Exterior que culminó en beneficiosos convenios con el Gobierno Cubano y se les permitió a los cubanos residentes en el exterior visitar a sus familiares en su patria natal.

                El primer hermano de “Montecristi” en venir a visitar su terruño lo fue el Hno:. Osvaldo Gotera Perugorría, en el mes de Marzo del año 1979. Llegó a Cuba un miércoles en la noche. El sábado de esa misma semana, en horas de la tarde, era invitado a su Madre Logia y se le ofrecía un caluroso y fraternal brindis. Meses más tarde visitaba su pueblo el Hno:. René Nardo Ipsán, ex Venerable Maestro.  Fue recibido bajo Bóveda de Acero y se le entregó el mallete para que presidiera la sesión. Así, sucesivamente, se ha hecho con todos los hermanos que nos han visitado.

                Existiendo siempre una rica y fructífera relación fraternal entre la Logia “Montecristi” y los hermanos residentes en el exterior. Tanto que se ha considerado que “Montecristi” cuenta con dos membresías, los de aquí y los de allá. Estos hermanos se han preocupado por la marcha de su Madre Logia y nos han hecho llegar sus modestos esfuerzos, que para mucho ha servido. El Hermano René González Ledesma, conocedor del intenso calor que se sufría en la cámara de la logia, tan pronto llegó a los valles de La Florida (Miami) se puso en contacto con los hermanos Osvaldo Gotera y Efrén Toledo, estos últimos residentes entonces en la ciudad de Chicago, Illinois, con el objeto de la recolección de fondos en divisa para enfrentar esta situación con la compra de ventiladores en las tiendas para esos fines existentes en Cuba. La mayor cantidad recolectada tuvo lugar en la ciudad de Chicago, por los hermanos Gotera y Toledo, entre ellos y  los hermanos residentes en esa ciudad en esos momentos: Víctor Díaz, Antonio Bárcenas, Cayetano Guerrero. El Hermano Juan Antonio Cabezas (Cuco el Moro), masón perteneciente a la Logia “Luz de Candelaria”, visitante a las sesiones de “Montecristi” e involucrado en las visitas de la logia a distintos actos fraternales, contribuyó igualmente.

Colecta que fue enviada al hermano René González, para conjuntamente con la cantidad recolectada en Miami, fuera enviada a “Montecristi”. Se contó igualmente con la cooperación económica del Hno:. René Nardo Ipsán, residente en la ciudad de Hialeah, Florida. Ocurrido el fallecimiento del hermano René, su viuda, la querida hermana Aida Díaz Ramírez, le entregó al Hermano René Nardo Ipsán, la cantidad de $900.00 para que lo hiciera llegar a “Montecristi”. Al serle imposible al Hermano Nardo el envío de esa divisa, por muchos inconvenientes del momento, se le solicitó que los enviara en medicinas. Los medicamentos llegaron y fueron repartidos entre los hermanos que lo necesitaban. Años más tarde, con la partida al exterior de otros hermanos, y teniendo a su favor la despenalización del dólar en Cuba, éstos residentes en Miami, hacían llegar sus aportes en moneda fuerte. Entre ellos, Pedro E. Cabrera, José A. Álvarez, Luis E. Oliva y otros.


                Con el propósito de organizar a los hermanos de “Montecristi” en el exterior, en el año 1996 se cursaron cartas entre la secretaría de la logia y los Hermanos Osvaldo Gotera y Efrén Toledo. Con fecha 3 del mes de  Noviembre del año 1996 el VH:. Jesús Marcos García Vázquez, en su condición de Venerable Maestro de “Montecristi” y a tenor de fundamentos masónicos consignados en los Antiguos Límites de la Fraternidad Masónica, orientó y concedió poderes al Hno:. Osvaldo Gotera, residente en la ciudad de Katy, Estado de Texas, en los Estados Unidos, para que organizara a los masones de “Montecristi” en el exterior.

 
Al intenso trabajo del Hno:. Gotera y su consagración, se debió que de inmediato naciera la Asociación de Masones de “Montecristi” en el Exterior y en el mes de Febrero del siguiente año, 1997, vio la luz la publicación mensual “El Grupo Montecristi”.

Magnífica publicación que disfruta de una excelente calidad técnica y literaria y  tiene la función, como órgano informativo de la Asociación, el tener informado a todos los hermanos en el exterior de la marcha de su Madre Logia. La misma recoge en sus páginas las actividades de “Montecristi” y artículos de interés cultural, masónico, social e histórico. La información dirigida a Gotera desde la secretaria de “Montecristi” es por manos propias, a través de masones y amigos que realicen viajes entre Estados Unidos y Cuba y solamente en dos oportunidades la correspondencia no ha llegado a su destino. En igual sentido hace el hermano Gotera para hacer llegar la publicación a “Montecristi” y otros envíos, incluyendo las remesas de dólares en efectivo. Se utiliza por ambas partes, al Señor Orlando Gotera, residente en Miami y quien la hace llegar con esmerada responsabilidad a su destino.



HERMANOS QUE HAN ESTADO CONTRIBUYENDO LOS ÚLTIMOS AÑOS:

Pedro Cabrera, Osvaldo Gotera, Edel Valdés, Justo González, Leoncio Valdés, Félix A. Pérez, Roberto Velis, Erundino González, José A. Álvarez, Luis Páez, Dagoberto Fuentes, José C. Martínez, Rodolfo Mayea, Armando Ramos.

 Según aparece en nuestros archivos, varios hermanos del grupo, en visitas a “Montecristi”, contribuyeron económicamente, fuera de la cuota mensual, durante este período de once años. Entre otros: Rodolfo Mayea, Luis Páez, Edel y Leoncio Valdés, Raúl Morejón, Alberto Cruz, Erundino González, Armando Ramos, Jesús Cruz, Félix A. Pérez, Luis E. Oliva, Roberto Velis. Rogamos perdonen la posible involuntaria omisión de algunos. Cuando la compra de tela para los mandiles y collarines, hicieron donaciones fuera de la cuota voluntaria mensual, hermanos cuyos nombres aparecen en el  resumen  económico.

                A partir de la creación de la Asociación de Masones de “Montecristi” en el Exterior, los hermanos de “Montecristi” en el exilio se han organizado y aglutinado bajo la égida de esa organización. Muchos contribuyen con una cuota mensual y que ha sido de gran beneficio para el  mantenimiento, embellecimiento, decoración, actividades y programas de “Montecristi”, cuyos ingresos y egresos de esta divisa recibida es controlada rigurosamente en balances mensuales. No se tiene conocimientos que exista otra logia en Cuba que tenga su membresía organizada en el exterior y la misma ayude a su logia, como lo hacen los masones de “Montecristi”.

  

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